miércoles, 14 de diciembre de 2011

USHUAIA 2

[Esta entrada, irá sin fotos. Las fotos, buscarlas, reducirlas, situarlas, ... me amarga la bitácora. Otra vez será]

     El tiempo sigue bueno por Ushuaia, ni el frío polar ni los vientos cataváticos han hecho aparición, el invierno se quedó en Bariloche y en El Chaltén, aún así casi siempre hay que llevar una sobreprenda, que te quitas y te quedas en manga corta, para ponértela al ratillo, porque las cosas cambian mucho aquí. Nos decía un dicho un taxista: "Si no te gusta el tiempo de  Ushuaia, espera cinco minutos".

     Otra vez escribo desde el Lobby del Hotel Chalp. Por unas ventanales muy grandes veo los bosques y picos nevados del PN de la Tierra del Fuego, un poco a la derecha el Glaciar Marcial con sus estación de invierno, y a la izquierda el Canal y la Bahía, brilla el Sol desde hace varias horas, son las 8:00 de la mañana y hay algunas nubes.

    Del hotel me he hartado. Vale 60 €/noche, tengo una habitación amplilla para mi solo, veo el Canal y el cielo; mi compañero ni eso, pero todo huele mal, en el comedor se mezclan los juguetes de un  niño feíllo, con bolsas de ropa y muebles deslabazados, el desayuno es ridículo, los dueños son  muy cariñosos pero con  muy mala pinta y está en la punta fuera de la ciudad. No sé como lo he resistido, ahora me iré para una sola noche a otro, más céntrico, sobre la bahía y precioso, con personal adecuado y decorado como le gustaría a mis hermanos Justiella y Elloy, es un pelín más caro que este, pero me ayudará a llevarme mejor recuerdo de Ushuaia.
     Pienso que La Patagonia que he conocido puede estar matando la gallina de los huevos de oro, no tiene sentido que en un país emergente y con renta per capita que no conozco pero seguro que más parecida a la de Marruecos que a la de Europa, tenga unos servicios turísticos bastante más caros que Huéscar, Luarca o el Valle de Arán, y más si la única contrapartida es la simpatía, la Naturaleza y el cordero. Así se lo he dicho a los dueños de mi hotel, pero nada, se han limitado a sonreir muy amablemente, y como diciendo; usted pague y siga

     Ayer con el coche alquilado y la merienda comprada nos fuimos  hacia el Norte a recorrer lagos, lagunas y estaciones de invierno por la RN3. Buscamos castores, que estaban escondidos, pero vimos palos enorme y menos, cortados por ellos, ¡ Increíble ! Vimos ríos preciosos, y más bosques de lengas y de guindos, que ya distinguimos; recorrimos caminos que con la nieve recorren los turistas en trineos, y nos dejamos muchos sitios por  no saber donde llegaban, o porque subían, o por lo que fuera, pero era una zona muy bonita de recorrer y ver. A medio día, cuando llegábamos a Lago Escondido y a Lago Fagnano, muy famosos ambos, tuvimos que volvernos. Un miembro de la expedición había perdido el pasaporte y algunos papeles en una de las muchas bajadas y subidas del coche. Suerte, aparecieron.

     De vuelta en Ushuaia, resolvimos gestiones bancarias y de comunicaciones, y como las tardes aquí son largas y teníamos coche, nos fuimos a una estación de invierno, y desde allí hicimos una excursión montaña arriba hasta un glaciar, el Martial. Fue una excursión linda por la hora, por la luz, por el sitio y porque las vistas del Canal de Beagle y la bahía de Ushuaia eran espectaculares, las mejores
    Para celebrarlo, nos fuimos de copas, de cena y de conversación al a El Almacén, unas especie de tienda antigua, donde antes vendían de todo y ahora lo exponen, y sirven comidas y bebidas. Sitio bonito. Después nos liamos de copas, y se quitaron las fuerzas de ir a por más copas a otro bar donde tocaban y bailaban tangos, una lástima, pero los días largos son también cansados

     No tiene nada que ver con la anterior, pero si con Argentina. Impresionante lo largas y ordenadas que eran las filas de coches para repostar en las gasolineras de la ciudad, impresionantes. Pero no logramos enterarnos, o mejor dicho, había versiones, si se debía al doble día feriado (puenrte), a una huelga rara, o a problemas de cupos, cada argentino decía una cosa. También ha habido estos día unas colas enormes en bancos y cajeros, e igualmente las explicaciones variaban; día de cobro, días feriados, corralito, ineficacia. Nosotros sacamos dinero por la tarde sin cola alguna, aunque aquí los cajeros siempre son caprichosos.

     Esta tarde vamos a hacer algo nuevo: navegación a vela y trekking por una isla insólita a ver algo raro. Ya os contaré. Tiene tela que la primera vez que me suba en un velero sea en el Canal de Beagle. De los cinco años que Darwin navegara con el Beagle estuvo siempre mareado y vomitando por la borda, salvo los días que estaba en tierra, y que también fueron muchos. Parece que hay una enfermedad o una constitución, por la que el mareo es algo insuperable. Espero que no sea nuestro caso.

    Toque de retirada. Como alguna vez dije, todo estaba organizado hasta Ushuaia. Y ahora las cosas cambian. MªJesús acaba su tiempo previsto y mañana sale para BuenosAires, Santiago de Chile y España. Ángel, se ha cansado un poco de Argentina, y adelanta su vuelta, también regresa pasado mañana, 11 de Dic, a España. Paco y yo, si conseguimos pasaje, que creo que sí, saldremos también el sábado 10, para hacer un crucero de varios días por Cabo de Hornos y llegar Chile (Punta Arenas). Juan se va por tierra a Puerto Natales (Chile) y allí nos volveremos a ver los tres.
                                                                                                                      
     Lo que pase después es incierto. Lo que si es verdad es que la vida por aquí es excesivamente cara, o nosotros no hemos dado con los sitios y las formas. Quedarse a vivir por aquí una temporada parece difícilmente soportable, para mi economía.

[Hora: 10:12    Día:10.12.2011  H. Residencia Linares  Ushuaia]                                                                                                                      
         Lo que se parecen ahora mismo el día y la hora. En una sala bonita sobre la bahía del FdM escribo este último trozo. Los próximos días están resueltos: esta tarde Paco y yo hemos encontrado pasaje para un barco que nos llevará a Punta Arenas (Chile)  parando en el Cabo de Hornos y el monumento al albatros, donde esperamos nos pongan un arete en la oreja como señal de paso y costumbre de mareantes atrevidos y supervivientes. El viaje durará cuatro días, que me imagino estaremos incomunicados, y el mar parece que está tranquilo.

         Hoy es día de asueto, gestiones y equipajes, además llueve suavemente sobre la Tierra del Fuego. A medio día nos juntaremos para comer y despedirnos en Lola, un restaurante precioso donde cenamos la primera noche, recién llegados. Se cierran los círculos.

         De Argentina se ha quedado mucho por decir, ni la razón de tantos nombres, ni los nombres y costumbres de los habitantes primitivos, ni de la dura colonización de esta tierra dura, ni de tanta flora y tanta fauna como hemos visto, tampoco la gente tratada, ni los bares vistos. A veces me pregunto quée cuento en estas páginas, si tanto se queda por decir. 

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