martes, 20 de diciembre de 2011

15     ESTO se ACABA. MI ÚLTIMA NOCHE AMERICANA

[20.12 19:30 Cruce de Avenida de Mayo con Salta. Cafetería Bar Iberia. Esquina y bar histórico]
            Me cuesta trabajo pensar que esto se termina, que este rato será el último que escribo, que mañana noche la pasaré volando, y pasado, cuando llegue a España, esta historia habrá terminado. Seguro que al poco de llegar me acomodo, ante todo cambio pienso igual; pero creo que mañana será diferente,  que difícilmente me acomodaré de nuevo.

            Mi día de hoy, no sé cómo terminar.
            Me despertó el teléfono con la noticia de que mi plan de vuelo se adelantaba para no pasar la noche buena en medio de la nada y de nadie. Anulé mi plan de visitar la Presa y Central eléctrica de Itaipú en Brasil y el mañana visitar las misiones jesuíticas de la película La Misión, y me fui con un taxista a Los Tres Hitos. Allí se juntan las aguas del río Iguazú y las del Paraná, y se separan o se miran, Brasil, Paraguay y Argentina. Entre Argentina y Paragüay, hubo no hace mucho una guerra salvaje en la que Paraguay se quedó sin hombres, o casi.

            Pasar un aeropuerto, es un martirio, y yo hoy he atravesado dos. Comprendo que D. JoseLuis Sanpedro se viniera de vivir de Lanzarote, por no aguantar más humillación. Un matrimonio me contaba que en USA es peor, y se reía cuando les  contaba el control del agua explosiva y los desodorantes.

            Siempre habría que hablar con el de al lado. Esta vez ha sido un profesor de Física de Berna, Gabriel, de unos 35 años, que pasaba su año sabático viajando por los pocos sitios que no había estado, era hijo de emigrantes españoles en Suiza, de los tiempos de ‘1 franco 17 pesetas y media’, y hemos pasado un viaje fantástico, humana y físicamente.

            En la cola de embarque, me he reencontrado con una familia que ayer conocí en las cataratas y el me contó que de joven había subido de Cabo de Hornos a Perú en seis años y a caballo. Hoy me lo ha contado mejor, alucinante. Y para colmo y no sé porqué, ha salido a colación una película, El Camino, la que vi el otro día en el avión y no sabía el nombre.

            Hoy que venía solo, y no había que consensuar, me he venido del aeropuerto  en colectivo, en bus. Una chica que estaba en la cola me ha explicado número y paradas. Me ha costado 120 veces que me costará mañana el taxi que he de tomar. En el Bus un chico joven me explicaba por dónde íbamos y que empezaba a estudiar para diseñador de ropa aparte de tocar la trompa en una orquesta sinfónica, al despedirnos en un papel que preparó en el bus, me dio su dirección_e. Y viniendo con la maleta a rastras, me han parado unos mayores que estaban en un banco sentados, el me ha contado que Rajoy nos va a subir la plata a los viejos, y ella entre muchas cosas me ha contado que no usa lavadora, que ella a mano, que la ropa se estropea mucho de la otra manera. Total, muy interesante viajar en colectivo.

            Tras ducharme en el hotel, aquí es todo verano, me han dicho otra vez que ir a La Boca, ni en taxi, que muy peligroso, y yo, cobarde, he obedecido. A cambio he visto una manifestación de siglas antiguas, LCR, MCR. PCI, … por algo que hoy hacía 10 años y algo del presidente De La Rua. Ya era oscurecido y me he sentado en una terraza bonita junto a la calle Corrientes y al Obelisco, en una calle peatonal bonita, en Casa de Julio. Donde una pareja ha empezado a cantar tangos, tangos a la gorra, y he pasado un rato delicioso, que con tres cervezas y dos sándwich, me ha servido de cena espectáculo. Y de despedida bonita, de lujo.

            Y aquí y ahora, en una noche difícilmente más porteña se termina este rollo. Se me han quedado muchas, muchísimas cosas por contar; por olvido, discreción y  tiempo, pero también es verdad que he contado más que cuentan muchos. Si alguno ha llegado hasta aquí, si alguno se lo ha pasado bien con esto, me alegro, y muchas gracias. Casi siempre, cuando escribía, pensaba que tú podías estar al otro lado.


                          ………………………………….
                      Ni condena más triste que el regreso,
                          regreso de una tierra desolada
                      desolada, también, por nuestra pena.



PD_1  Jóse, lo de Juan y Paco, si no está registrado, podría llamarse EL SÍNDROME de ULISES.

PD_2  Soy de la opinión, y de la experiencia, que las fotografías y la literatura, a veces manipulan la realidad; si es que la realidad existiera.

PD_3  Si algún día fuese capaz, me gustaría añadir a esta bitácora un álbum de no más de 50 fotos que retratasen el viaje. Lo intentaré, pero no es fácil sacar 50 fotos de entre más de 10.000

IGUAZÚ


Yo a Cataratas llegué, / mil escaleras bajé y más de dos mil subí / y en todas parte tomé, / muchas fotos para mí.
            Veréis  que desde que Paco Vida no está, ya no hay poesía, ni versos que rimen las distancias solos.*

            Hoy he estado en la Selva virgen y en las cataratas de Iguazú. La selva virgen es lo que menos se parece a la Patagonia y a los badlands de mi altiplano, es lo vegetal hecho espesura, es un reino impenetrable. Y como no venía Paco, los árboles, las flores, las plantas, y las aves, ni siquiera tenían nombres. Los animales del suelo ni se veían, y seguro que Paco hubiera visto cien. Poco a poco yo también vi algo, he entrevisto monos pequeños y salvajes jugando con las lianas, he visto un bicho rarísimo, tenía el hocico como un oso hormiguero y el rabo bonito y largo lleno de franjas transversales y el tamaño de un zorro chico, estaba la familia entera, puede que se llamen conakies, o algo parecido, y también he visto en dos ocasiones, dos lagartos mas largos y gordos que mi brazo, color selva, apenas si los he fotografiado y supongo que mal, yo me he hecho la ilusión de que fuera yakarés, pero seguro que no. También había algunas mariposas, pero no tantas, siendo aquello una selva tropical. [Me cuesta imaginar a Juan y a Paco entre fiordos y glaciares, y sin mí, como yo sin ellos]
            Aunque las selvas vírgenes son impenetrables, sin machete. Aquí para eso del turismo, han abierto senderos, pasarelas, caminillos y hasta una vía para un tren de juguete. También han puesto muchos chiringuitos, pero como decía el padre Ferrer a propósito del ‘atentado’ de la estación de SolyNieve, la Selva es muy grande. Y además digo yo, que si las dejan como estaban, sería difícil ver la selva aquí, y esquiar allí (en Granada).

Las Cataratas de Iguazú, es una catarata como todas las cataratas, pero como todas las cataratas juntas, y algo más. Yo he leído que hay al menos seis cataratas con más agua que estas, pero no me lo creo. Las he visto de lejos, de cerca, por arriba, por abajo, y casi desde debajo de ellas, te empapas vivo. Es un espectáculo.

El otro día en Puerto Natales, Pacífico sur, nos contaban que en Argentina la gente no se baña en el mar, salvo en raros sitio, que el agua está muy fría por no se qué corriente, y que la gente no sabe nadar. Aquí estamos a 12º de latitud sur, no sé si esto es trópico, pero hace mucho calor, y los hoteles, hasta el mío tienen piletas (piscinas), y me he tenido que comprar un bañador, después de tanto calor y tanta catarata.

            A 12º de latitud Sur, anochece corriendo, no hay atardecer, y siendo verano anochece a las 7:30; y tampoco amanece tan temprano. La verdad es que yo vengo de latitudes australes, casi con Sol de media noche. Total, que son las ocho y media y es noche cerrada, estoy escribiendo en el lobby del hotel Alexander, el mío, y me voy a cenar a la calle. Hoy he comido como a mi me gusta, de lo nuestro (de lo mío), que dice M. Velázquez, en plena selva, de lo que llevaba en el macuto más dos cervezas heladas, y para colmo, a pesar del trópico con sombra y brisa.

*
Paco Vida ha ido escribiendo sonetos conforme hacíamos el viaje, y yo siempre pensé ir poniéndolos en esta bitácora para él que guste del verso, y sobretodo para el que haya andado por estos sitios. Y por aquello, de que aunque corren malos tiempos para la lírica, ‘la poesía sigue siendo ‘un arma cargada de futuro’. Aquí, una pequeña parte de la gran producción paquina:

REGINA COELIS AUSTRALIS

Mira la Cruz del Sur, lumbre andariega,
bitácora estelar, a cuyos vuelos,
tras el confín de océanos y cielos
el tajamar andino se doblega.

La Cruz, la Cruz del Sur: síguela y llega
más allá de rugientes paralelos
al último radiante de los hielos
donde la luz antártica te ciega.

Atrévete a ceñir dos hemisferios,
a circunnavegar mares australes
igual que el leviatán, de polo a polo;

así, bajo la Cruz y sus misterios,
mecido por eternos vendavales,
podrás, como el albatros, volar sólo.


VUELOS TRANSATLÁNTICO

Esa luz funeral de la cabina
Ese vago rumor de mal agüero
ese desesperante plañidero
lamento del motor en su turbina.

Esa negra impotencia que domina
los tristes pensamientos del viajero
en cárceles de nubes prisionero
sobre la vasta soledad marina ….

Entre tantos atávicos terrores
maldigo el arrogante movimiento
de máquinas con frágiles motores

Y, desterrado el sueño de mi asiento,
Escruto las tinieblas exteriores
mientras abajo espera el mar hambriento.


TIERRA del FUEGO

El albatros, viajero de los mares
los mares erizados de galernas
galernas engendradas por glaciares
glaciares que allí son nieves eternas.

Nieves eternas en el fin del mundo
mundo gris con sus pálidos entornos
entornos del cruel Cabo de Hornos
hornos lares del pájaro errabundo.

Errabundo y al filo de la nada
nada más dulce que sentirse preso
preso el sur sin culpa ni condena;

Ni condena más triste que el regreso,
regreso de una tierra desolada
desolada, también, por nuestra pena.



PERITO MORENO

Yo quiero compartir sin profanar
con huellas de pisadas indiscretas
medrosas de sus témpanos y grietas
la blanca pesadumbre del glaciar.

Porque no pueden sorprender al mar
con sus fantasmagóricas siluetas
sollozan entre lágrimas secretas
los hielos peregrinos sin hogar.

Lloran también de sus acantilados
millones de fragmentos plateados
y, al fin, todo su llanto de desata

en dádivas al lago, cuyo sino
es merecer el nombre de argentino
por troquelar sus márgenes de plata.


SEGUIRÁN
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EL SÍNDROME de la CUERDA del POZO

[18.12  12:25  Esperando avión en el Aeroparque de Buenos Aires]

El síndrome de la cuerda del pozo, o el ansia por volver a las teneras, fue un proceso descubierto cerca de Vinuesa, yendo en bicicleta a la Laguna Negra, de Machado, hace ya muchos años, y su explicación la transformó Paco Vida en el soneto que sigue:

Yo padezco de un síndrome viajero
por ‘La Cuerda del Pozo’ conocido
que ataca a la mitad del recorrido
y vuelve atrás al más aventurero.

En medio de un viaje placentero
te vienen ganas de volver al nido;
inviertes de tus pasos el sentido
y vuelves otra vez al agujero.

El síndrome fatal te da coraje
ya que partes por dos cualquier viaje
cuando falta quizá el mejor trozo;

por eso hay que llevar en el hatillo
unas buenas tijeras o un cuchillo
para cortar la cuerda de aquel pozo.

            El caso es que ya hace días que entre el síndrome famoso, lo caro que se va haciendo esto, y que esto no tiene bordes, he decidido, o tenido, que empezar a terminar  mi viaje. Juan, se ha convertido en un viajero, como yo quisiera ser cuando sea mayor, o si me reencarno; sigue a PuertoMont en barco, luego a Santiago a ver a su hijo, y luego macuto al hombro recorrerá Perú, Bogotá y no sé qué más, como un mochilero de sesenta y tres años. Paco Vida, también se ha convertido en u viajero interminable, como yo le digo ‘parece que se ha puesto algo, que se haya metido algo’, yo sé que no pero parece, no es lo que era, le falta viaje, le faltan temas para hacer sonetos, le falta gente para entablar el diálogo, le faltan kilómetros, flora y fauna a la Tierra para calmar sus ansias, está desconocido y desatado, ‘me da miedo’, que diría mi madre. Y yo, a sus lados me siento un capitán araña, me da un poco de cosilla, pero cada uno tiene su baraka, su destino y su baraja.

            Ahora estoy en un momento dulce, viendo despegar aviones tras una cristalera, los aviones nacionales en el aeroparque J. Newbery de Buenos Aires, hace un rato llegué al de Pistarini, también en Buenos Aires, internacional y a 50 km de éste, antes había pasado una  noche demasiado corta para un hotel y demasiado larga para un aeropuerto como el de Santiago de Chile, al que había llegado desde el aeropuerto de Punta Arenas, justo al lado norte del estrecho de Magallanes, lado chileno. Yo no quiero creerme que el miedo lo hayan inventado las empresas de seguridad, y las fronteras gente sin trabajo, pero ya no sé cuántos controles he pasado, cuantas veces he enseñado el pasaporte y rellenado papeles para aduanas, ni las veces qué he sido cacheado, y el montón de gente dedicada al caso, y menos mal que los que controlan saben que no hay qué controlar, y ha desaparecido el miedo a los líquidos explosivos. Si lo hicieran medio bien, se pararían los viajes.
            En el vuelo a Santiago de Chile ponían una película del Camino de Santiago. A un médico gringo se le mata su hijo al iniciar el Camino, cruzando los Pirineos; viene a ver, y se queda enganchado e inicia el Camino con las cenizas de su hijo, hacia Santiago. Yo hice el camino, con mi hermano Pedro, hace ya casi veinte años con el  mismo recorrido de la película, y me acordaba de muchos sitios y de muchas sensaciones. Me gustó mucho. Mis dos compañeros de asiento en el avión, un capitán chileno y un constructor de caminos en Tierra del Fuego,  quedaron  en que ellos cuando puedan haran El Camino a Compostela.

[En el avión, y con ventanilla]
            Por poco me pierdo el embarque, estaba transportado, y he tenido que dejarme un poco de cerveza y de patatas. Ahora seguiré escribiendo mientras me deje el capitán, el sueño y los paisajes.

            En Buenos Aires, hoy es verano absoluto, es como Julio en Huéscar, y como de un aeropuerto a otro, se ve el Gran Buenos Aires, pocas calles he visto pero, Argentina está vestida de Navidad aunque sea verano, hoy intenso, todo está lleno de árboles, nacimientos, y muchos adornos verde y rojo, clorofila y sangre, los colores de la vida, como las ciudades de España en el invierno navideño; quizá se nota que hay pocos papá Noel, pero mucha navidad, y hace raro con este calor.

            Despegar en ventanilla es formidable, he visto que Buenos Aires que el otro día desde el suelo del centro me recordó Paris, hoy desde la ventanilla del avión me pareció New York. Luego enseguida nos hemos puesto sobre el río, el río de la Plata tiene sus barbas marrones, y es tan ancho como el mar, tiene dentro hasta archipiélagos, y a los dos lados tiene multitud de tributarios y canales. Con razón es tan grande y tan marrón. Ahora el paisaje se ha puesto repetido, parcelado en verde y ocre, nubecillas de algodón, nubes de dios, y de vez en cuando una ciudad cuadriculada por dentro, y más canales. Habría que viajar siempre en ventanilla. A la gente que viaja, me parece que siempre pide ventanilla para luego dormirse o no mirarla, y yo al pasillo. En LAN Chile siempre reparten cosas de comer y beber, ahora café, zumo de naranja y un alfajor, además de galletillas de jamón y otras de limón.

            Con tanto rollo no digo mis planes. Voy a Iguazú, a lo de las cataratas, y otras cuantas cosas, en la provincia de Misiones, y mientras, me resuelven mi billete de vuelta. La última noticia era pasarme la noche buena en vuelo, que está más cerca del cielo; pero intentan cambiármelo para un poco antes o un poco después. No está la cosa fácil, y yo la verdad ya tengo ganas de volver a Huéscar y estar con mi familia, mis gentes y mis cosas. Lo de  la Cuerda del Pozo.
             


domingo, 18 de diciembre de 2011

Las TORRES del PAINE

[12.12 18:00 En omnibus de Punta Arenas a Puerto Natales]

     A nuestra derecha el lado norte del Estrecho de Magallanes, a la izquierda y Oeste, otra vez la llanura patagónica, que habíamos olvidado, pero ahora verde, entre Magallanes y el Pacífico, delante de nosotros, al norte y a tres horas Puerto Natales, poco más allá el PN de las Torres del Paine, que es lo que buscamos. Conforme vamos al norte el tiempo es más primavera.

   Pero volvamos un rato al Vía Australis, nuestro barco por unos días. La visita a los glaciares de los fiordos fue fenomenal, todo eran cascadas, cormoranes y hielo azul, entre las montañas de la Cordillera Darwin, las fotos difíciles con los objetivos llenos de gotas de agua, lo que no impedía que desde cada zodiac con catorce personas parase los clic por un momento. Al volver al barco fríos de viento y lluvia nos tenían preparados nada más subir, chocolate caliente con un chorreón de whisky. Yo ya siempre el chocolate con churros me lo tomaré con un poquito de whisky en el chocolate, es otra cosa; es como el café cortado y con unas gotas de Bayleis, otra cosa, que me enseñaron mis amigos Juan y Alfredo en Luarca.

     La noche era de despedidas, intercambio de direcciones y exaltación de la amistad, pero cuando el barco se incorporaba al estrecho de Magallanes empezó a moverse de mala manera, el ambiente se puso hostil. La exaltación de la amistad se trasladó a esta mañana antes de abandonar el barco definitivamente. Marcelo y Daniela, mejicanos y recién casados, formaban una pareja tierna y linda, y ella tan jovencilla y tan bonita, ¡con esa forma de hablar!; me gustaría que fuesen felices toda la vida que ahora empiezan. Las dos parejas de Madrid, parece que no necesitan más felicidad, se les ve que saben vivir y disfrutar, que sigan. Carmen Deorce, seguro que se comerá el mundo, y hasta puede que lo sane un poco con su medicina alternativa.

     Esta mañana, después de madrugar y otra vez en zodiac hemos pasado un par de horas en isla Magdalena, llena entera de pingüinos magallánicos, era como estar metido en la pantalla cuando un reportaje de LaDos. Son simpáticos los pingüinos, también había muchas gaviotas, un Faro y un lobo marino que ha cazado un pingüino y se lo ha llevado a su comedor.

     La gente del barco estupenda, la tripulación y las amistades hechas, todas con promesas de volver a vernos, visitarnos y mandarnos fotos. ¡ tan grandes y todavía creyendo en los reyes ¡ El caso es que ha sido un acierto lo del crucero, tenemos la sensación de conocer la Tierra del Fuego y haber estado en el fin del Mundo. Hemos pasado cuatro días de relax, cuidados como príncipes, en el mejor de los hoteles del viaje y buenas conversaciones. Lo único malo ha sido que a pesar de estar todo el día comiendo y bebiendo, cada vez que había oportunidad parecíamos tener hambre y sed. Y lo mejor, los paisajes y las sensaciones.


PUNTA ARENAS

     Punta Arenas ha sido una sorpresa, hemos estado apenas cuatro horas, pero nos ha llamado la atención; limpia y ordenada, el centro lleno de edificios o palacios con solera, parecía una gran ciudad, buenos bares y restaurantes. En la compañía de viajes nos han atendido y ayudado al gusto, y hemos estado demasiado poco.
     En tres o cuatro ocasiones nos henos encontrado con amigos o compañeros del barco y enseguida hemos tenido que tomar el bus, 240 km por 8 €, y nos habían dicho que Chile si que era caro. En Chile te crees un hombre rico, por 100 € te dan en el banco unos 50.000 (cincuenta mil) pesos chilenos, y además en billetes nuevos, los de Argentina están tan viejos como las rupias egipcias. El ómnibus también es bueno, aunque no cama, ni semicama como en Argentina, y el paisaje que llevamos es como en la R40, y otra vez guanacos, ñandúes, vacas y ovejas.
     La primera cerveza en tierra chilena ha venido a ser en un bar bonito que ha resultado ser un Cyber, así que además de cerveza con tapa, he podido mirar mi correo tras cuatro días aislado del Mundo, y me han gustado

     En el barco viajaba una pareja joven y francesa con una niñas de un año, que hacia el viaje como un mayor, ahora vienen el autobús y no para de llorar, debe tener claustrofobia o algo, echará de menos el barco y las aguas de El Cabo. Yo también, aunque no lloro.

     En Puerto Natales nos espera Juan, debe llevar allí un par de días, pero no sabemos donde, ni él sabe nosotros cómo, y los móviles parece que no se oyesen entre si. Tendremos que buscarnos por las calles. En sus casas ya están Mª Jesús y Ángel, llegaron sin incidentes y parece que satisfechos, nosotros los echamos de menos de vez en cuando e intentamos apañarnos como podemos sin ellos. El paisaje que nos rodea, sigue siendo patagónico, pero más verde, y empieza a tener árboles de cierta talla.

LAS TORRES del PAINE.

     [17.12 10:00 Volviendo a Punta Arenas]
    Hemos pasado 5 días/cuatro noches en Puerto Natales donde lo que importa son las Torres del Paine, en no sé el idioma de que indios, montañas de huno, por estar siempre cubiertas con nubes blancas. Puerto Natales parece un pueblo de pioneros recién llegados, sigue siendo cuadriculado, pero el 90 % de las casas son pequeñas, de una planta y echas de chapa, como hechas para un rato, pero ya con muchos años. A veces hay una casa de madera pero que imita a chapa, algunilla tiene dos plantas, y de vez en cuando una de obra. Hay una plaza bonita y grande, algunas calles con árboles, y muchas calles delante de las casas tienen un jardincillo casi siempre abandonado, el pueblo está muy extendido, tiene una bahía por donde entra el mar y los glaciares, no se ven por donde, y la salida en barco tiene que ser por fiordos y canales entre un rosario de islas que cuesta verlos en el mapa. El centro otra vez un revoltijo de bares, hosteles y agencias de turismo, a más de tiendas. Y yo sigo sin saber comprar.

     Las Torres del Paine, y los Cuernos del Paine, son unas formaciones geológicas apabullantes que trataré de describir. En algún momento, hace unos 60 millones de años, por aquí había una llanura donde todo era de roca basáltica y negra, de una lava antigua. Mucho más tarde de muy adentro de la Tierra otro magma ascendió por alguna grieta y formó una bolsa de granito, que los geólogos llaman batolito, debajo del basalto primitivo. Después el terreno se elevó, y recientemente, geológicamente hablando, nevó inmensamente, se formaron inmensos glaciares, los glaciares empezaron a escurrir por las pendientes y modelaron un relieve impresionante, que la gente viene a ver desde todos los lugares de la Tierra. A mi me cuesta mucho creer en la geología, pero no tiene otra explicación.
     Los glaciares erosionando aquello, dejaron un paisaje formado por pináculos, agujas, mesas, torres y cuernos, con la parte superior negra de basalto, y la inferior gris o rosa o roja, según qué luz les dé. Y en medio de ese bosque aún siguen los glaciares erosionando y, formando lagos y lagunas. Las Torres están rodeadas en un maremágnum, de difícil orientación, de lagos inmensos, glaciares colgados y a nivel, lagunas, charcas, ríos, cascadas y senderos. Como pasaba en El Chaltén esto lo hizo dios para los mochileros del mundo, que han hecho que esto se llene de refugios y campamentos para estar andando, subiendo y bajando, varios días. También los del Inserso vienen y hacen grandes recorridos en bus y mucho más chicos andando, y viven en hoteles muy buenos y con buenas vistas.

     Nosotros alquilamos un coche para dos días, para ir, venir y recorrer aquello. Un día lo recorrimos en un sentido y nos hicimos una excursión hasta El Mirador Torres, 20 km andando y 1000 m subiendo. Arriba fue el clímax, el sendero una delicia, a veces duro, y la gente mucha. Juan se quedó en un refugio, junto a un río enorme, para estar cuatro días por senderos y refugios y hacer lo que llaman “la doble uve larga”. Juan se ha currado un buen viaje. Paco y yo regresamos viendo lagunas, plantas, ñandúes y guanacos. Para la doble uve, hace falta mochila grande y dormir amontonados con olores y ronquidos en sitios estrechos, Paco y yo, como que no. A veces también somos inserso.
     Al día siguiente, 16 de diciembre, volvimos al parque, lo recorrimos en sentido contrario y vimos otros rincones y otros sitios, como el Lago y Glaciar Grey, la Gran Cascada, el lago Sarmiento, más tranquilos. Un par de marchas cortas y muchos bichos; y ya no vimos gente del Barco, como el día anterior que nos encontramos tres o cuatro.

     Cuando voy por las calles, los senderos o los sitios, pienso muchas cosas que luego quiero contar en esta bitácora, y pienso que son tan interesantes que no se me van a olvidar. Pues se me olvidan. Y ahora que puedo escribir, no consigo recordarme.

    Si me espero a tener tiempo para poner fotos, no acabo nunca esta bitácora.

viernes, 16 de diciembre de 2011

SOY el ALBATROS que TE ESPERA en el FINAL del MUNDO

SOY el ALBATROS que TE ESPERA en el FINAL del MUNDO

Cuando hace unos años empecé a soñar con viajar por La Patagonia, supe que había un viaje en barco que recorría los mares y canales  que recorrieron Magallanes, Fitz Roy, Darwin y tantos otros, que descubrieron, cartografiaron, gozaron, lucharon y murieron entre el Pacífico, el Atlántico y el Mar de Draque

Soy el alma olvidada de los marinos muertos
que cruzaron el Cabo de Hornos
desde todos los mares de la Tierra.

Y supe que yo tenía que hacer ese viaje, que yo tendría que llegar al Cabo de Hornos, aunque ahora se llega de otro modo, de un modo que no admite comparanza. Creí incluso una leyenda urbana que cuentan las revistas de viaje. Que al turista que aquí llega y quiere, le ponen un aro de oro en la oreja izquierda como credencial de haber doblado, y seguir vivo, tan peligroso cabo. Es bonito, pero nunca ha sido verdad, y hoy yo siento que no fuese verdad, en verdad lo echo de menos. La leyenda correcta era que los piratas y marineros buenos llevaban un pendiente de oro, para que les hiciesen un entierro digno si tenían la mala fortuna de morir en tierra, y quizá borrachos.  

Pero ellos no murieron
en las furiosas olas.

Hoy vuelan en mis alas
hacia la eternidad,
en la última grieta
de los Vientos Antárticos

Los versos en cursiva y en negrita, son un poema de una poetisa chilena que está escrito para siempre en un monumento enclavado en el mismísimo Cabo de Hornos,  simula un albatros, el ave más grande del mundo y voladora en estos aires, que cuando se hacen viento alcanzan velocidades de 200 km/h, ellos solos. Quiero decir el aire.




                El caso es que Paco y yo empezamos ayer (10 Dic) un viaje en barco que tras llegar  y desembarcar en Cabo de Hornos, nos llevará a bahía Bulaia, donde Fitz Roy secuestró a cuatro indios fueguinos y empezó aquella historia tan extraña, desembarcaremos en varios sitios más, y andaremos entre pingüinos, glaciares y ballenas por lo más austral de la Tierra el Fuego, y luego subiremos hasta Punta Arenas, ya en Chile, donde empezará otro viaje.

                Este trozo de viaje va a ser otra cosa, yo le iba a llamar  “Lujo de viaje on the Patagonian Sea”. El barco se llama Vía Australis, luego os diré las dimensiones, pero tiene cinco cubiertas, dos bares, tres salones, un comedor,  pasillos anchos, sillones de cuero de vaca chilena, maderas nobles, y un mundo a tu servicio. Una pared de a habitación es un cristal que da al mar de los canales de la Tierra del Fuego, y las camas y los CB son más grandes que cualquiera de los tenidas hasta ahora. Todo lo que se pueda beber y comer a bordo es gratis. Y Paco y yo no nos creemos estar en un mundo tan rico y tan barato, viniendo de otro tan cutre y tan caro. Para colmo por haber comprado el billete el último día nos costó, sin saberlo, mucho menos, y por haberlo hecho en sábado nos van a devolver dinero, porque se considera temporada baja. No entiendo lo anterior, pero así ha sido más o menos.



                Somos unos 120 viajeros, los he contado y preguntado; bastantes extranjeros, pero también hispanos. El ambiente es informal y muchos aún van con botas y pantalones llenos de bolsillos, hay charlas frecuentes sobre glaciares, ballenas, aves o nudos marineros. En el comedor tenemos sitios fijos y estamos con una pareja de recién casados mejicanos, que  me recuerdan a Gregorio y Conchi, y otras dos parejas hetero de Madrid. Hemos aclarado que Paco y yo ni somos pareja, ni se espera. Parecen buena gente y con conversación rápida y buena, a pesar de ser más jóvenes. Entre el resto del pasaje dominan los de edad madura y también parecen gente fácil.


                Esta mañana madrugamos a las seis para ir al desembarco en el Cabo de Hornos, otros lo hicieron a las cuatro para ver salir el sol, a las doce de la noche estábamos esperando entre piscos, whiskys y gintonic un claro para que viesen la Luna llena boca abajo los que no se habían dado cuenta del cambio.
               A la vuelta del desembarco hemos desayunado como si fuese a mediodía. Después me he dormido una charla en francés sobre no sé qué,  ahora llevo un rato escribiendo, y con el desayuno en el camino del estóago, nos han llamado para comer de nuevo.  Esta tarde desembarcaremos de nuevo, en Bahia Wulaia y haremos un poco de trekking para poder cenar, beber más y esperar la Luna.

[2º día de navegación 12.12.11]
                El desembarco en Bahia Wulaia estuvo fenomenal, ya montamos y abandonamos las zodiac como expertos, y la bahía  estaba llena de islas pequeñas que un tiempo estuvieron habitadas por  los indios yámanas. De aquí se los llevó y aquí los devolvió Fitz Roy, sus tres indios fueguinos, una vez educados, vestidos y cristianizados a la inglesa del s. XIX. El propósito era que aquellos tres indios al volver expandieran el cristianismo y la lengua y cultura inglesas por toda la Tierra del Fuego. Parece que unos meses después de dejarlos y volvió por allí el Beagle a ver cómo les iba, todo había sido destruido y los tres indios habían vuelto a su estado primitivo. Dimos un paseo por donde ellos vivieron, y subimos un cerro para ver hermosas y extraordinarias panorámicas de la bahía y de las islas. Tuvimos también la ocasión de ver  castoreras, y una de ellas con castores vivos. Es increíble lo que los castores pueden hacer y destruir. Aquí los introdujeron para aprovechar su piel y el clima parecidos a los del Canadá, pero la falta de depredadores, la ausencia de stress, impiden que segreguen una grasa que es la que hace su piel valiosa, dicen.  Ahora han resultado una especie invasiva, destructiva e inútil que no saben como quitarse de encima.  De cualquier manera es una cosa digna de verse, y encima vimos tres castores, tan tranquilos, y muchos árboles enormes cortados por sus dientes de una forma que cuesta trabajo creer posible. Los dejan como un lápiz mal afilado.

La vida de barco sigue siendo placentera. Hoy mucha navegación y conversación. Luego más tarde saldremos en las zodiac para recorrer los frentes de unos glaciares que caen al mar. Aquí con la gente, que suelen ser un aspecto tan interesante en los viajes, se echan largos ratos, y la verdad que es buena cosa. Nuestros compañeros de mesa, y ya de viaje, son Marcelo y Daniella, pareja de recién casados mejicanos, simpáticos, habladores y risueños, y Gerardo y  Amaya, que con Javier y Elisa son de Madrid. Tenemos buenas y largas conversaciones en la mesa y fuera, una tal Carmen, muy maja, es de Barcelona pero sus padres fueron de Orce y otra mucha gente, muchos extranjeros y otros de olvidados nombres. El Barco navega tranquilo por los canales  más o  menos anchos, pero hoy hemos tenido dos o tres ratos moviditos, y en verdad el movimiento es mareante, pero la inmensa mayoría de los ratos ni te das cuenta. Las zonas descubiertas son de difícil estar, pues el aire, el viento mejor dicho, suele ser fuerte y duro de soportar más de un ratillo.

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miércoles, 14 de diciembre de 2011

USHUAIA 2

[Esta entrada, irá sin fotos. Las fotos, buscarlas, reducirlas, situarlas, ... me amarga la bitácora. Otra vez será]

     El tiempo sigue bueno por Ushuaia, ni el frío polar ni los vientos cataváticos han hecho aparición, el invierno se quedó en Bariloche y en El Chaltén, aún así casi siempre hay que llevar una sobreprenda, que te quitas y te quedas en manga corta, para ponértela al ratillo, porque las cosas cambian mucho aquí. Nos decía un dicho un taxista: "Si no te gusta el tiempo de  Ushuaia, espera cinco minutos".

     Otra vez escribo desde el Lobby del Hotel Chalp. Por unas ventanales muy grandes veo los bosques y picos nevados del PN de la Tierra del Fuego, un poco a la derecha el Glaciar Marcial con sus estación de invierno, y a la izquierda el Canal y la Bahía, brilla el Sol desde hace varias horas, son las 8:00 de la mañana y hay algunas nubes.

    Del hotel me he hartado. Vale 60 €/noche, tengo una habitación amplilla para mi solo, veo el Canal y el cielo; mi compañero ni eso, pero todo huele mal, en el comedor se mezclan los juguetes de un  niño feíllo, con bolsas de ropa y muebles deslabazados, el desayuno es ridículo, los dueños son  muy cariñosos pero con  muy mala pinta y está en la punta fuera de la ciudad. No sé como lo he resistido, ahora me iré para una sola noche a otro, más céntrico, sobre la bahía y precioso, con personal adecuado y decorado como le gustaría a mis hermanos Justiella y Elloy, es un pelín más caro que este, pero me ayudará a llevarme mejor recuerdo de Ushuaia.
     Pienso que La Patagonia que he conocido puede estar matando la gallina de los huevos de oro, no tiene sentido que en un país emergente y con renta per capita que no conozco pero seguro que más parecida a la de Marruecos que a la de Europa, tenga unos servicios turísticos bastante más caros que Huéscar, Luarca o el Valle de Arán, y más si la única contrapartida es la simpatía, la Naturaleza y el cordero. Así se lo he dicho a los dueños de mi hotel, pero nada, se han limitado a sonreir muy amablemente, y como diciendo; usted pague y siga

     Ayer con el coche alquilado y la merienda comprada nos fuimos  hacia el Norte a recorrer lagos, lagunas y estaciones de invierno por la RN3. Buscamos castores, que estaban escondidos, pero vimos palos enorme y menos, cortados por ellos, ¡ Increíble ! Vimos ríos preciosos, y más bosques de lengas y de guindos, que ya distinguimos; recorrimos caminos que con la nieve recorren los turistas en trineos, y nos dejamos muchos sitios por  no saber donde llegaban, o porque subían, o por lo que fuera, pero era una zona muy bonita de recorrer y ver. A medio día, cuando llegábamos a Lago Escondido y a Lago Fagnano, muy famosos ambos, tuvimos que volvernos. Un miembro de la expedición había perdido el pasaporte y algunos papeles en una de las muchas bajadas y subidas del coche. Suerte, aparecieron.

     De vuelta en Ushuaia, resolvimos gestiones bancarias y de comunicaciones, y como las tardes aquí son largas y teníamos coche, nos fuimos a una estación de invierno, y desde allí hicimos una excursión montaña arriba hasta un glaciar, el Martial. Fue una excursión linda por la hora, por la luz, por el sitio y porque las vistas del Canal de Beagle y la bahía de Ushuaia eran espectaculares, las mejores
    Para celebrarlo, nos fuimos de copas, de cena y de conversación al a El Almacén, unas especie de tienda antigua, donde antes vendían de todo y ahora lo exponen, y sirven comidas y bebidas. Sitio bonito. Después nos liamos de copas, y se quitaron las fuerzas de ir a por más copas a otro bar donde tocaban y bailaban tangos, una lástima, pero los días largos son también cansados

     No tiene nada que ver con la anterior, pero si con Argentina. Impresionante lo largas y ordenadas que eran las filas de coches para repostar en las gasolineras de la ciudad, impresionantes. Pero no logramos enterarnos, o mejor dicho, había versiones, si se debía al doble día feriado (puenrte), a una huelga rara, o a problemas de cupos, cada argentino decía una cosa. También ha habido estos día unas colas enormes en bancos y cajeros, e igualmente las explicaciones variaban; día de cobro, días feriados, corralito, ineficacia. Nosotros sacamos dinero por la tarde sin cola alguna, aunque aquí los cajeros siempre son caprichosos.

     Esta tarde vamos a hacer algo nuevo: navegación a vela y trekking por una isla insólita a ver algo raro. Ya os contaré. Tiene tela que la primera vez que me suba en un velero sea en el Canal de Beagle. De los cinco años que Darwin navegara con el Beagle estuvo siempre mareado y vomitando por la borda, salvo los días que estaba en tierra, y que también fueron muchos. Parece que hay una enfermedad o una constitución, por la que el mareo es algo insuperable. Espero que no sea nuestro caso.

    Toque de retirada. Como alguna vez dije, todo estaba organizado hasta Ushuaia. Y ahora las cosas cambian. MªJesús acaba su tiempo previsto y mañana sale para BuenosAires, Santiago de Chile y España. Ángel, se ha cansado un poco de Argentina, y adelanta su vuelta, también regresa pasado mañana, 11 de Dic, a España. Paco y yo, si conseguimos pasaje, que creo que sí, saldremos también el sábado 10, para hacer un crucero de varios días por Cabo de Hornos y llegar Chile (Punta Arenas). Juan se va por tierra a Puerto Natales (Chile) y allí nos volveremos a ver los tres.
                                                                                                                      
     Lo que pase después es incierto. Lo que si es verdad es que la vida por aquí es excesivamente cara, o nosotros no hemos dado con los sitios y las formas. Quedarse a vivir por aquí una temporada parece difícilmente soportable, para mi economía.

[Hora: 10:12    Día:10.12.2011  H. Residencia Linares  Ushuaia]                                                                                                                      
         Lo que se parecen ahora mismo el día y la hora. En una sala bonita sobre la bahía del FdM escribo este último trozo. Los próximos días están resueltos: esta tarde Paco y yo hemos encontrado pasaje para un barco que nos llevará a Punta Arenas (Chile)  parando en el Cabo de Hornos y el monumento al albatros, donde esperamos nos pongan un arete en la oreja como señal de paso y costumbre de mareantes atrevidos y supervivientes. El viaje durará cuatro días, que me imagino estaremos incomunicados, y el mar parece que está tranquilo.

         Hoy es día de asueto, gestiones y equipajes, además llueve suavemente sobre la Tierra del Fuego. A medio día nos juntaremos para comer y despedirnos en Lola, un restaurante precioso donde cenamos la primera noche, recién llegados. Se cierran los círculos.

         De Argentina se ha quedado mucho por decir, ni la razón de tantos nombres, ni los nombres y costumbres de los habitantes primitivos, ni de la dura colonización de esta tierra dura, ni de tanta flora y tanta fauna como hemos visto, tampoco la gente tratada, ni los bares vistos. A veces me pregunto quée cuento en estas páginas, si tanto se queda por decir. 

USHUAIA 2

     El tiempo sigue bueno por Ushuaia, ni el frío polar ni los vientos cataváticos han hecho aparición, el invierno se quedó en Bariloche y en El Chaltén, aún así casi siempre hay que llevar una sobreprenda, pero que te quitas y te quedas en manga corta, para ponértela al ratillo, porque las cosas cambian mucho. Nos decía un dicho un taxista: "Si no te gusta Ushuaia, espera cinco minutos".

     Otra vez escribo desde el Lobby del Hotel Chalp, por unas ventanales muy grandes veo los bosques y picos nevados del PN de la Tierra del Fuego, un poco a la derecha el Glaciar Marcial con sus estación de invierno, y a la izquierda el Canal y la Bahía, brilla el Sol desde hace varias horas, son las 8:00 de la mañana y hay algunas nubes.

    Del hotel me he hartado. Vale 60 €/noche, tengo una habitación amplilla para mi solo, veo el Canal y el cielo, mi compañero ni eso, pero todo huele mal, en el comedor se mezclan los juguetes de un  niño feíllo, con bolsas de ropa y muebles deslabazados, el desayuno es ridículo, los dueños son  muy cariñosos pero con  muy mala pinta y está en la punta fuera de la ciudad. No sé como lo he resistido, ahora me iré para una sola noche a otro, más céntrico, sobre la bahía y precioso, con personal adecuado y decorado como le gustaría a mis hermanos Justiella y Elloy, es un pelín más caro que este, pero me ayudará a llevarme mejor recuerdo de Ushuaia.
     Pienso que La Patagonia que he conocido puede estar matando la gallina de los huevos de oro, no tiene sentido que en un país emergente y con renta per capita que no conozco pero seguro que más parecida a Marruecos que a Europa, tenga unos servicios turísticos bastante más caros que Huéscar, Luarca o el Valle de Arán, y más si la única contrapartida es la simpatía, la Naturaleza y el cordero. Así se lo he dicho a los dueños de mi hotel, pero nada se han limitado a sonreir muy amablemente, y como diciendo; usted pague y siga

     Ayer con el coche alquilado y la merienda comprada nos fuimos  hacia el Norte a recorrer lagos, lagunas y estaciones de invierno por la RN3. Buscamos castores, que estaban escondidos, pero vimos palos enorme y menos, cortados por ellos, ¡ Increíble ! Vimos ríos preciosos, y más bosques de lengas y de guindos, que ya distinguimos, recorrimos caminos que con la nieve recorren los turistas en trineos, y nos dejamos muchos sitios por  no saber donde llegaban, o porque subían, o por lo que fuera, pero era una zona muy bonita de recorrer y ver. A medio día, cuando llegábamos a Lago Escondido y a Lago Fagnano, muy famosos ambos, tuvimos que volvernos. Un miembro de la expedición había perdido el pasaporte y algunos papeles en una de las muchas bajadas y subidas del coche. Suerte, aparecieron.

     De vuelta en Ushuaia, resolvimos gestiones bancarias y de comunicaciones, y como las tarde aquí son largas y teníamos coche, nos fuimos a una estación de invierno, y desde allí hicimos una excursión montaña arriba hasta un glaciar, el Martial. Fue una excursión linda por la hora, por la luz, por el sitio y porque las vistas del Canal de Beagle y la bahía de Ushuaia eran espectaculares, las mejores
    Para celebrarlo, nos fuimos de copas, de cena y de conversación al a El Almacén, unas especie de tienda antigua, donde antes vendían de todo y ahora lo exponen, y sirven comidas y bebidas. Sitio bonito. Después nos liamos de copas, y se quitaron las fuerzas de ir a por más copas a otro bar donde tocaban y bailaban tangos, una lástima, pero los días largos son también cansados

No tiene nada que ver con la anterior, pero si con Argentina. Impresionante lo largas y ordenadas que eran las filas de coches para repostar en las gasolineras de la ciudad, impresionantes. Pero no logramos enterarnos, o mejor dicho había versiones, si se debía al doble día feriado (puenrte), a una huelga rara, o a problemas de cupos, cada argentino decía una cosa. También ha habido estos día unas colas enormes en bancos y cajeros, e igualmente las explicaciones variaban; día de cobro, días feriados, corralito, ineficacia. Nosotros sacamos dinero por la tarde sin cola alguna, aunque aquí los cajeros siempre son caprichosos.

Esta tarde vamos a hacer algo nuevo: navegación a vela y trekking por una isla insólita a ver algo raro. Ya os contaré. Tiene tela que la primera vez que me suba en u velero sea en el Canal de Beagle. De los cinco años que Darwin navegara con el Beagle estuvo siempre mareado y vomitando por la borda, salvo los días que estaba en tierra, y que también fueron muchos. Parece que hay una enfermedad o una constitución, por la que el mareo es algo insuperable. Espero que no sea nuestro caso.

Toque de retirada. Como alguna vez dije, todo estaba organizado hasta Ushuaia. Y ahora las cosas cambian. MªJesús acaba su tiempo previsto y mañana sale para BuenosAires, Santiago de Chile y España. Ángel, se ha cansado un poco de Argentina, y adelanta su vuelta, también regresa pasado mañana, 11 de Dic, a España. Paco y yo, si conseguimos pasaje, que creo que sí, saldremos también el sábdo 10, para hacer un crucero de varios días por Cabo de Hornos y llegar Chile (Punta Arenas). Juan se va por tierra a Puerto Natales (Chile) y allí nos volveremos a ver los tres.
                                                                                                                      
Lo que pase después es incierto. Lo que si es verdad es que la vida por aquí es excesivamente cara, o nosotros no hemos dado con los sitios y las formas. Quedarse a vivir por aquí una temporada parece difícilmente soportable, para mi economía.

Hora: 10:12    Día:10.12.2011  H. Residencia Linares  Ushuaia
                                                                                                                      
         Lo que se parecen ahora mismo el día y la hora. En una sala bonita sobre la bahía del FdM escribo este último trozo. Los próximos días están resueltos: esta tarde Paco y yo hemos encontrado pasaje para un barco que nos llevará a Puerto Natales/Punta Arenas (Chile)  parando en el Cabo de Hornos y el monumento al albatros, donde esperamos nos pongan un arete en la oreja como señal de paso y costumbre de mareantes atrevidos y supervivientes. El viaje durará cuatro días, que me imagino estaremos incomunicados, y el mar parece que está tranquilo.

         Hoy es día de asueto, gestiones y equipajes, además llueve suavemente sobre la Tierra del Fuego. A medio día nos juntaremos para comer y despedirnos en Lola, un restaurante precioso donde cenamos la primera noche, recién llegados. Se cierra un círculo.

         De Argentina se ha quedado mucho por decir, ni la razón de tantos nombres, ni los nombres y costumbres de los habitantes primitivos, ni de la dura colonización de esta tierra dura, ni de tanta flora y tanta fauna como hemos visto, tampoco la gente tratada ni los bares vistos. A veces me pregunto quée cuento en estas páginas, si tanto se queda por decir.