miércoles, 23 de noviembre de 2011

ALGUNAS DIFERENCIAS


ALGUNAS DIFERENCIAS
[10:30 de la noche, en el Tren Patagónico. El tren y un coche coincidieron en el paso a nivel, al cabo de  una hora han podido sacar al conductor herido y ahora parece que la locomotora se ha dañado,  no se sabe como seguirá la cosa. Todo el tren está tranquilo. Yo preparo mi escribanía, aunque sospecho que para poco.]
 Yo trataba de escribir en esta entrega de las diferencias, que desde que llegamos vamos viendo. Ahora, lo intentaré y si me concentrara en ello, la noche en tren será más corta. Del tren hablaremos otro día.
Todas las ciudades son cuadriculadas, salvo anormales excepciones. Lo que queda entre cada cuatro calles contiguas se llama una cuadra, y éstas siempre miden 100 m de lado. Las casas están numeradas, y los números nos parecieron muy  grandes hasta que descubrimos que dichos números indican la distancia en metros al origen de la calle, es fácil de entender, en incluso buen sistema,  pero no fue tanto deducirlo. Cuando el tango canta calle Corrientes 348, ahora sabemos que está  en la mitad de la cuarta manzana, y que luego hay que subir al segundo piso; y por supuesto que está a 348 m del principio de la calle, más o menos cuatro manzanas. En el mismo letrero que indica el nombre de la calle, y de que número a qué núumero va la cuadra, te indican si la calle es de una mano o de dos, y hacia dónde, con unas flechas.
En los baños, la ducha siempre es de pared, y  resulta muy incómodo acostumbrado al teléfono, incomodísimo. Y el lavabo es llamativamente pequeño, aunque haya sitio para que fuese más grande. También faltan con freciuencia los cerrojos, o cancelas
Las palabras dan mucho de si. La costanera es la playa, la costa, la orilla del río, el paseo marítimo y lo que nosotros llamamos primera línea de playa; se usa mucho. En general todo se entiende fácil, pero a veces no tanto,  si preguntas por los servicios, se quedan a cuadros, y no se arregla porque digas waters o retrete, hasta que dices toilet, no tualet, no te pueden decir por dónde aliviar tus urgencias.  Aquí a la gente no les duele la barriga ni tienen malestar de vientre, les duele la panza.  Resulta curioso sus formas de decir lo mismo, si llevara siempre papel, lápiz y ganas, valdría la pena hacer una lista. Casi siempre se entienden de inmediato, pero es chocante.

              [20 de Nov. 8:00.  36 años ya, desde que terminó el oprobio.  ¡ tempus fugit !   Es muy difícil sacar ratos  para escribir. Llevo un buen rato paseando solo, a mi derecha el lago Nauehel Huapi, como un mar muy grande rodeado de montañas inmensas, las del oeste tienen que ser los Andes y tiene las cumbres nevadas, aquí está mediada ya, la primavera. Bariloche no se parece a nada de lo visto hasta ahora, se extiende junto al lago y está rebosante de cedros y/o abetos enormes, y chocolaterías. En la calle corre un viento helado del Oeste, y estoy en el Lobby (hall, salón de estar) de un hotel de nombre impronunciable, debe ser el nombre de un cacique mapuche. Mientras sacan brillo a muebles y madera, me han puesto un café con unos pastelitos, y separado del lago y de los Andes por un ventanal enorme, voy a estar aquí más de una hora, aunque yo me quedaría para siempre. viendo y escribiendo; si no viene nadie y lo estropea. Trato de seguir por donde iba, cuando el tren]


Para las bolsas de basura hay en las calles unas jaulas de hierro de variadas formas clavadas con una barra en el suelo, a más de un metro de altura, supongo que para que ni gatos ni perros rebusquen y derramen, con lo que no hay basura desparramada y de paso tampoco hay perros ni gatos. En Bariloche acabo de descubrir, y he de comprobar si todas, que además la tapadera tienen candado, supongo que para que tampoco rebusquen indigentes. Pero me parece complicado.
En las ciudades que llevamos hay muchos taxis y de muchas clases, en general son tan chicos que apenas caben nuestras maletas que son muy grandes, por aquí tiene taxímetros,   pero en Lima se negociaban los precios. Hay unos raros y buenos que se llaman remises.
Pedir cerveza nos es tan fácil como decir, tres cañas y un tubo. Hay muchas marcas, de cada  marca puede haber rubia, negra, tostada, roja y alguna otra. El tamaño es otro aspecto: porrón (botella de 330 cc), la más corriente es de 600 cc o de 760 cc, no he visto de litro. Y luego puede que le queden o no. De cualquier manera siempre está buena, se hace un cálculo de las botellas que se quieren y te las van trayendo poco a poco, para que sigan frías. A las tapas le llaman picoteo, les gusta mucho poner maní, patatas chips, aceitunas, tacos de queso, o lo que pidas. En las cartas siempre hay un apartado de picoteo. Con el café siempre te ponen algún pastelito y un vaso minúsculo con agua de Seltz
El idioma argentino es fácil, pero tiene sus dificultades, v.gr. los servicios, retretes o WC aquí no saben qué son, aqui para esos temas dice "toilets" , con o y con i, y no se me mete en la cabeza, y claro siempre que preguntas por los servicios, se quedan a cuadros. A la carpintería metálica le llaman aperturas de aluminio, a los autobuses además de omnibus, o  les llaman micros aunque sean grandes. Entrar se dice ingresar
Yo no sé si es el extranjero, o si es cuando uno va de viaje, pero en estas circunstancias y aquí también, la gente es super amable y super agradecida: por favor señor, muy agradecido señor, no tiene porqué, no se moleste señor, ahorita mimo, cómo le fue,  etc etc, son las frases que más se oyen y pronuncian. Y ni que decir de los gestos y la sonrisa, me recuerda cuando Ayla se encuentra por primera vez en su vida con un grupo de los otros y, sin entender, emocionada y extrañada le dice a Jondalar: 'me sonríen'. Lindo, relindo (más que lindo), bárbaro, hermoso, ... Voy a ve si hago una lista de calificativos de bonito.
Por aquí lo más feo es la inseguridad, o mejor dicho el miedo. Parece que estuviésemos en la cueva de Alí Babá, si te dejas algún objeto fuera de tu mirada, enseguida alguien te lo señala con los ojos, y si no te das cuenta, con el dedo y, si es necesario con la boca. Toda pertenencia ha de estar bajo control continuo, y los demás controlan si controlas. En un hotel de cuatro estrellas te dejas la cámara de fotos en la mesa mientras desayunas y te levantas a por un paquete de mantequilla, y un encargado del hotel, te advierte de que mejor no. Todavía no nos ha desaparecido nada, ni hemos visto desaparecer. El otro día en la entrada al Aeropuerto de BA, alguien salió huyendo en un coche, y una nube salió en su persecución; no supimos ni el motivo ni el final, hasta ahora ha sido lo único feo de este tipo de cosas. Pienso yo si es que con tanto control, los chorizos se han quedado sin ocasiones y no han sobrevivido. Me acuerdo de un amigo que se cambio a vivir de su pueblo a Granada, y tanto le habían prevenido de la inseguridad capitalina, que contaba se pasó un año mirando hacia atrás, presto a la defensa de lo suyo. 

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